El riesgo eléctrico puede ser producido por instalaciones eléctricas, partes de las mismas, y cualquier dispositivo eléctrico bajo tensión, con potencial suficiente para producir fenómenos de electrocución y/o quemaduras, es decir un transformador eléctrico.
El riesgo eléctrico puede producirse en cualquier tarea que implique manipulación o maniobra de instalaciones eléctricas de baja, media y alta tensión, operaciones de mantenimiento de este tipo de instalaciones, reparación de un transformador y /o de aparatos eléctricos, utilización de aparellaje eléctrico en entornos para los cuales no ha sido diseñado el dispositivo (ambientes húmedos y/o mojados), etc…
La electricidad es muy peligrosa porque habitualmente no es perceptible por nuestros sentidos: no tiene olor, no se ve (un elemento conductor sometido a tensión no puede distinguirse de otro fuera de tensión) y no se oye (sólo en las líneas de alta tensión).
Recomendaciones básicas de seguridad frente al riesgo eléctrico:
1. Antes de utilizar un aparato o enchufe, asegúrate de su perfecto estado. No utilices cables dañados, clavijas de enchufe rotas ni aparatos cuya carcasa presente desperfectos. Evita la utilización de multicontactos, en especial de los que no disponen de toma de tierra. No sobrecargues la línea.
Evita que se dañen los conductores eléctricos, protegiéndoles especialmente contra:
- Las quemaduras, por proximidad a una fuente de calor
- Los contactos con productos corrosivos
- Los cortes producidos por útiles afilados, máquinas en funcionamiento, ángulos vivos, etc.
2. Para utilizar un transformador o instalación eléctrica, maniobra únicamente los órganos de mando previstos por el constructor o instalador. No alteres ni modifiques los dispositivos de seguridad del equipo ni los órganos de mando. Para desconectar una clavija del enchufe, tira de ella, nunca del cable de alimentación.
3. No utilices aparatos eléctricos ni manipules sobre instalaciones eléctricas cuando accidentalmente se encuentren mojadas o húmedas, o si eres tú quien tiene las manos o pies mojados.
4. En caso de avería o incidente corta la corriente como primera medida. Luego limita tus intervenciones a operaciones elementales, como cambiar una lámpara o fusible. En todos los casos llama inmediatamente a un médico.
Para ayudar a una persona electrizada por una corriente:
- No debes tocarla, sino cortar inmediatamente la corriente, ya que podrías quedarte también atrapado.
- No olvides que una persona electrizada que se encuentre en un emplazamiento elevado corre el riesgo de caer en el momento que se corte la corriente.
- Si se tarda demasiado o resulta imposible cortar la corriente, trata de desenganchar a la persona electrizada por medio de un elemento aislante (tabla, listón, silla de madera…)
5. En caso de avería, apagón o cualquier otra anomalía que exceda de tu competencia, llama a un técnico electricista. No utilices (ni dejes que otros lo hagan) el aparato averiado hasta después de su reparación.
Esta regla se aplica a las siguientes situaciones:
- Típica sensación de hormigueo al tocar un aparato eléctrico
- Aparición de chispas procedentes de un aparato o de los cables de conexión
- Aparición de humos que emanan de un aparato o de los cables
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